El Diputado Reyes Galindo, con ánimo elevado pero con falta de respeto, protagoniza un lamentable incidente en el Congreso
En la actual legislatura, el diputado Reyes Galindo (@reyes_dad en X) ha llegado con un ímpetu envidiable. Con su estilo particular, pareciera haber olvidado su paso por la Secretaría de Servicios Parlamentarios, ya que con su renovado entusiasmo también ha retomado algunos de los malos hábitos del pasado. Este martes, protagonizó un desafortunado altercado en el pleno legislativo, cuando la C. Martha Carrillo, integrante del equipo de protocolo, se acercó para cumplir con una sencilla pero necesaria indicación.
Durante la sesión, el presidente de la Mesa Directiva, el diputado Magaña de la Mora, solicitó que los asesores y secretarios que no tuvieran labores inmediatas abandonaran el recinto para mantener el orden en la sala. Como parte de sus responsabilidades, la C. Carrillo le pidió amablemente al diputado Galindo que su personal desalojara el lugar, a lo que él, visiblemente irritado y sin prestar atención a las indicaciones del pleno, reaccionó con gritos y desdén.
“Usted no tiene por qué pedírmelo”, exclamó airadamente Reyes Galindo, olvidando por completo las normas de respeto y cordialidad que deberían prevalecer en el Congreso. La C. Carrillo, con la serenidad propia de una profesional, le recordó que solo estaba cumpliendo instrucciones del presidente del Congreso. Sin embargo, esto no fue suficiente para calmar al diputado, quien le respondió que él era diputado y que debía ser el presidente quien se lo dijera en persona.
El momento fue incómodo para todos los presentes, y una vez más se pone de manifiesto que los encargados de protocolo no deberían ser blanco del mal humor de quienes representan a la ciudadanía. Este comportamiento no solo revela una falta de respeto hacia quienes desempeñan tareas esenciales dentro del recinto, sino que también evidencia actitudes machistas y violentas hacia las mujeres que cumplen con su deber. Lo sucedido con la C. Martha Carrillo es, sin duda, una muestra de violencia de género que no debe ser tolerada en un espacio que debería ser ejemplo de convivencia democrática.
Un historial de nepotismo y decisiones cuestionables
No es la primera vez que el diputado Reyes Galindo se encuentra en el centro de la polémica. Durante su paso anterior por el Congreso, colocó a familiares cercanos en posiciones dentro de la estructura legislativa, aprovechando su influencia para asegurarles espacios de trabajo. Además, fue partícipe del despido de varias mujeres en la legislatura pasada, justificando que necesitaba esos lugares para colocar a su “gente de confianza”. Sin embargo, su intento de concretar estos actos arbitrarios no llegó a buen puerto, ya que otros diputados, comprometidos con la equidad y la justicia, le pusieron un alto y se opusieron a sus decisiones.
Gracias a la intervención de sus colegas legisladores, este abuso de poder no logró consumarse, protegiendo así los derechos laborales de quienes fueron blanco de sus pretensiones. A pesar de sus intentos, el diputado Reyes Galindo no pudo imponer su voluntad ante un pleno que se pronunció firmemente en contra de un proceder tan injusto.
El diputado Reyes Galindo, en su afán por imponer su autoridad y rodearse de personas afines, ha olvidado la importancia del respeto, la equidad y la transparencia. Mientras tanto, personas como la C. Carrillo continúan cumpliendo con su labor en un ambiente que debería ser ejemplo de civilidad y justicia.